Una de las principales iniciativas que Intel está tomando es la de producir procesadores con un diseño más eficiente (más rendimiento en un tamaño menor) para implementarlos en PCs portátiles ultradelgados, que llama ultrabooks. Estos competirían con la gama MacBook Air de Apple. Intel aseguraba que los ultrabooks ocuparían el 40% del mercado de los portátiles a finales de 2012. Sin embargo, los fabricantes están teniendo problemas a la hora de ajustar los precios para que puedan competir con el MacBook Air.Los nuevos MacBook Air tienen un rango de precios desde los 949€ a los 1499€, con una demanda muy fuerte en Estados Unidos. Sin embargo, si las empresas productoras de PCs ultrabooks (Asus, Samsung, Dell...) han de seguir las duras normas de diseño que Intel les impone, afirman que no podrán reducir el precio del producto a niveles más bajos que los del MacBook Air, a menos que Intel reduzca los precios de sus procesadores, que suponen 1 tercio del precio de producción del producto.
Algunas de las condiciones que Intel ha impuesto a estas empresas han sido que las máquinas deberán tener un perfil delgado y que las baterías no puedan ser reemplazables, al igual que en los MacBook Air, para lograr esa delgadez. Estos requisitos hacen que los precios suban hasta los niveles del MacBook Air.
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